La situación existencial humana es extremadamente difícil y, porqué no, dolorosa.
Lo que provoca ese sentimiento de angustia es nuestra conciencia.
Mientras el animal se deja guiar automáticamente por el instinto al humano se le ha dado por pensar.
Esperamos, aspiramos, anhelamos que el pensamiento, la reflexión, transforme por completo nuestra vida, otorgándonos una nueva comprensión; que nos eleve a un nuevo plano de existencia; que nos confiera un nuevo estímulo; que nos haga libres.
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