Es imprescindible adquirir el conocimiento que el grupo, la etnia, la raza, ha ido construyendo paulatinamente como soporte de su conciencia.
La Ilustración entendió esto.
Estamos ante una criatura que no trae recuerdos previos, por eso Locke la calificó de: tábula rasa. No traemos conocimientos concientes aunque, con sólo repasarlos los recordamos; pero si no los refrescamos nos es imposible rememorarlos.
Además, actuamos, procedemos como individuos, pero a su vez también lo hacemos como anónimos miembros de un pueblo, una comunidad, una nación.
En el breve lapso de vida individual actualizamos de algún modo toda la historia previa de ese grupo de pertenencia, y para poder editarla debemos tener conocimientos, y tenemos que haber desarrollado el pensamiento crítico.
Si este difícil proceso no es completado el grupo en cuestión se cae, retrocede, se disuelve, o se retrotrae hacia la animalidad.
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